">
Desde niña oía que no se podía comer sandía y tomar vino, porque era una combinación mortal.
Pude comprobar por la experiencia de otras personas, que es una falsa aseveración, pero cuando hace algún tiempo probé la combinación con el fin de derribar el mito personalmente, por el hecho de haber escuchado tantas veces esa afirmación, sentí temor al hacer la prueba.
Hay mitos que por oirlos repetidas veces sin reflexionar, se aceptan como verdades incuestionables.
¿Y cómo te fue con la prueba? Yo nunca hice la prueba, sobretodo porque no me despierta mucho interés esa combinación... la sandía me gusta en verano a la hora de la siesta, que es cuando la comía de niña... en la casa de mis abuelos después de la siesta... ahora he perdido el hábito de la siesta, pero la sandía me gusta más a esa hora.
ResponderEliminarDe dónde será el video... se ve que ese mito trasciende fronteras...
Te diré que la combinación a mi tampoco, pero como escuchaba a mi abuela en reuniones de verano, cuando alguien había tomado vino y pretendía después del almuerzo refrescarse con un trozo de sandía, advertirles preocupada que no lo podían hacer, me despertaba curiosidad de pasar con éxito la prueba, que ya había visto pasar a otros, seguramente ante la duda, nunca hubiera sido la primera en comprobar la falsedad del mito. La falsedad del mito tiene la prueba, de que ha pasado mucho tiempo, y aún sigo acá.
ResponderEliminarTambién oí en campamentos y a veces en la playa, la misma recomendación en diferentes grupos de personas, emitida con mucha seriedad.